¿Está cayendo el otro muro?
septiembre 27, 2008 Deja un comentario
¿Estamos asistiendo a la caída del otro muro, el del imperio de Wall Street, del capitalismo financiero, sobre la economía productiva y sobre la política? La caída del muro de Berlín simbolizó la caída del sistema socialista soviético. Este acontecimiento pareció coger por sorpresa a un mundo que pensaba quela polaridad Este-Oesteestaba tan firmemente establecida que duraría para siempre. La actual crisis cuyo epicentro se ubicó en el terremoto financiero de Wall Street, en septiembre de 2008, cogió también por sorpresa a la opinión pública y a los líderes políticos. Y hoy la crisis no parece estar próxima a tocar fondo y empieza a tener consecuencias políticas y sociales en muchos países del mundo. La reciente cumbre de Davos ha mostrado que los líderes políticos y económicos allí congregados no tienen respuestas ni propuestas convincentes. La llamada refundación del capitalismo, si tal refundación es posible, no la van a liderar los capitalistas de Davos. La refundación de la economía, desde otros parámetros culturales es más probable que se articule en torno al Foro Social Mundial. De momento han caído los dogmas neoliberales. Frente al “menos Estado y más Mercado” todos coinciden hoy, aún los más fervientes enemigos de lo público, que es preciso “Más Estado y menos Mercado”. La magnitud y las consecuencias sociales de la crisis son de tal magnitud que necesitamos pensar de otro modo para poder salir de ella. Al mismo tiempo, esta crisis puede ser vista como oportunidad para cambiar el rumbo.
La iniciativa tomada porla administración Bushy que busca conseguir el consenso de demócratas y republicanos para invertir 700.000 millones de dólares del presupuesto del estado para rescatar a los bancos, es por su volumen y por acontecer dónde acontece algo único. Los contribuyentes tienen serias razones para preguntarse por qué el estado tiene ahora que usar los fondos procedentes de los impuestos para evitar que quiénes han estado especulando con sus depósitos de forma irresponsable se salven dela quiebra. Losrepúblicanos, que son quienes con más radicalidad han defendido que el estado no debe regular ni intervenir en la economía, se plantean el dilema de elegir entre no intervenir, que es lo que les dicta su credo político o hacerlo para evitar que la caída del sector financiero nos lleve a una crisis económica sin precedentes. De otro lado se oyen de forma creciente voces, sobre todo procedentes de Europa, que llaman a revisar toda la arquitectura financiera y que reclaman un mayor control público sobre las operaciones de los bancos de inversión. Lo hizo en la propia sede de la ONU el pasado viernes 26 de septiembre el presidente francés, Sarkozy.
En los últimos meses, tras la crisis originada por la especulación con el precio del petróleo se pronunció en términos muy duros el ministro de economía portugués, quién interpretó el comportamiento especulativo de los fondos de inversión sobre el precio del petróleo como la mayor amenaza a la actual globalización, comparando este comportamiento con los ataques de los filibusteros al comercio de la primera globalización. Desde Japón, el ministro de economía nos dio un orden de magnitud cuando calculó que el 50% de precio del petróleo, que se pagaba a 140 $ el barril al final de la primavera, era consecuencia de la especulación sobre los precios de futuro del petróleo. Esta desmedida subida de los precios del petróleo, que puso en jaque al sector del transporte, alertó a una economía mundial que descansa sobre el principio de la producción y distribución globalizada, facilitada por la movilidad continua de materias primas, componentes de producción y distribución de bienes. Durante este mismo año la FAO se reunió bajo la amenaza del hambre ocasionada por la especulación sobre los precios de los alimentos. Especulación originada ante las expectativas de incremento de su precio derivada de la pérdida de suelo dedicado al cultivo por la demanda de biocombustibles que sustituyan al petróleo. Todos estos fenómenos juntos nos llevan a analizar hasta qué punto la economía financiera, de naturaleza especulativa, está interfiriendo en la economía real y sumiendo al mundo entero en una crisis económica que afecta de forma directa al sector de la vivienda, al de la energía y al de la alimentación, golpeando por tanto de forma dura a toda la población.
La crisis financiera de estos días no se puede entender como un fenómeno cíclico propio del capitalismo que se genera de forma automática cada cierto tiempo y que sería explicable desde una ley científica. Es una crisis que está conmocionando los pilares mismos de las convicciones más firmes de la política económica seguida en todo el mundo en las últimas décadas, esa que conocemos con la globalización neoliberal. Es una crisis anunciada y que ha tenido varios episodios previos en las dos últimas décadas. Tenemos tendencia a percibir que las cosas son como son y no pueden cambiar. Tras la caída del muro de Berlín se instaló una forma de pensar triunfante, una especie de fe, en que habíamos llegado al “Final de la Historia”, que el capitalismo y la democracia representativa supondrían, tras el fracaso del socialismo de estado, el modo definitivo de organización dela polis. Eldogma principal de esa fe, también conocida como “pensamiento único” por ser abrazada por conservadores, liberales y socialdemócratas, era que el mercado dejado a su libre iniciativa era el mejor modo de organizarla economía. Ydesde entonces se consideró unánimemente que desnacionalizar las reservas de materias primas estratégicas, vender las empresas públicas para entregarlas a la iniciativa privada, traspasar servicios públicos al sector privado y desregular el control estatal sobre la economía, y en particular sobre el sector financiero, eran la manera más eficiente de lograr generar y repartirla riqueza. Emergeel concepto de globalización para referirse fundamentalmente a la expansión de la economía libre de mercado con la disminución progresiva de barreras arancelarias. Y esta libertad de movimientos global se alcanzó definitivamente en el sector financiero, en alto grado en el sector industrial y de servicios, de forma contradictoria en el sector primario, donde existen barreras a las exportaciones de los países periféricos y se niega la posibilidad de su implantación para el libre movimiento de personas según en qué sentido. Apenas existen barreras para el desplazamiento de personas del centro a la periferia y existen barreras amuralladas para desplazarse de la periferia al centro. Se admite que los capitales puedan moverse libremente allí donde tengan expectativas de conseguir mayor beneficio con sus inversiones pero no se admite que las personas se muevan libremente allí dónde tengan expectativas de encontrar mayores oportunidades de trabajo.
Esta forma de entender la globalización deja el centro de acumulación de riqueza en la inversión financiera, muy por delante de la inversión en sectores productivos y a años luz de la productividad del trabajo. La gran acumulación de riqueza se produce especulando, al alza o ala baja. Lapropia especulación incrementa los precios por encima de lo que marca la ley de la oferta y la demanda hasta llegar a inflarlos generando una peligrosa burbuja. Burbuja que acaba explotando. Hasta ahora cuando ha estallado la burbuja los fondos de inversión ya estaban refugiados en otro campo. Lo inédito es lo que está ocurriendo estos días: el propio sector financiero se está viendo sacudido por el estallido de la burbuja, en este casola inmobiliaria. Estasdinámicas especulativas han existido siempre. Lo que es nuevo es que se hayan constituido en el centro de la actividad económica, en el motor de la propia actividad económica.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Empezamos a hablar de globalización tras la caída del muro de Berlín desde la perspectiva del triunfo que se presumía definitivo de las tesis neoliberales. En este caldo de cultivo, los capitales que gestionan los bancos de inversión se vieron agigantados de forma considerable al aparecer dos nuevos productos estrellas que están interrelacionados: los planes de pensiones y los fondos de inversión. En un momento de descrédito del estado y divinización del mercado, se extiende la creencia de que las pensiones de jubilación que podrá garantizar la seguridad social serán claramente insuficientes. Y el complemento a esta jubilación que normalmente autogestionaba la gente invirtiendo sus ahorros en forma de incremento de su patrimonio es ahora entregado al sector financiero en forma de planes de pensiones privados y fondos de inversión. Así los bancos de inversión pueden utilizar los ingentes fondos producto del ahorro de los ciudadanos para invertir allí dónde la inversión se espera más rentable. De esta forma la apuesta global se concentró en primer término en las inversiones en las economías de los países emergentes del Este Asiático. De este modo se infló el valor de las empresas receptoras de las inversiones. Cuando se percibió que el valor de estas empresas estaba inflado se retiraron los fondos, comenzó un rápido movimiento de venta y estos países, cuyas economías reales crecían con salud, de repente se ven aquejadas por la llamada “gripe asiática”. Un virus de origen en realidad más occidental que oriental. Los grandes fondos de inversión, con sus movimientos de compra y venta, descapitalizaron y depreciaron a las principales empresas de estos países, ocasión que aprovecharon las multinacionales americanas para “rescatarlas” e incrementar su patrimonio y su cuota de mercado. Fue el caso de los grandes fabricantes de automóviles coreanos. Un proceso similar sufrió la emergente economía mexicana ante la expectativa de crecimiento que supuso la integración económica con Estados Unidos y Canadá. Atraídos por la expectativa de incremento de valor de la economía mexicana acudieron cantidades ingentes de capital que luego se retiraron rápidamente en cuanto se percibió que el valor de las inversiones estaba inflado. De nuevo estos capitales se mueven libremente para buscar un nuevo sector de rápida acumulación y deja tras de sí una enorme crisis económica en México que provocó el rescate por parte de Estados Unidos del país vecino con la inyección de 40.000 millones de dólares.
Estos flujos de inversión generaron posteriormente la burbuja financiera, al apostar al alza sobre el valor de las empresas ligadas al sector de la sociedad dela información. Burbujaque estalló y provocó el movimiento de las inversiones hacia el sector de la construcción donde los incrementos de precios se veían como una apuesta más segura. España ha sido el país de Europa más atractivo para estas inversiones, llegándose a construir en nuestro país la mitad de todo lo que se construía en el continente. El incremento desproporcionado del precio de la vivienda en nuestro estado no sólo ha dejado a un bien tan necesario como la vivienda fuera del alcance de la mayoría de la población, sino que ha provocado un fuerte desequilibrio de nuestra economía cuyas consecuencias, si bien eran previsibles desde hace más de diez años, sólo parecemos haberlas descubierto cuando la retirada de los inversores del sector produjo el esperado estallido de la burbuja inmobiliaria. Quiebra de empresas de construcción, de inmobiliarias y pérdida masiva de puestos de trabajo, amén de un incalculable impacto ambiental y paisajístico, son el saldo que ha dejado en nuestro país. Aquí empezamos a ver cómo la libertad de movimientos del sector financiero interfiere sobre la economía productiva generando su quiebra y sobre la población dejando un bien básico fuera de su alcance e impidiendo incluso su libertad de movimientos. Hoy es casi imposible vender una vivienda en un sitio para comprar otra en otro lugar cuando es preciso o deseado desplazarse de ciudad. ¡No parece que sea un ejemplo de eficiencia económica lo que consigue la mano invisible del mercado cuando se la deja fuera de todo control! El estado que en nuestro país tiene la obligación constitucional de velar para que no se produzca especulación con el precio de la vivienda no ha cumplido su función. Quizá porque se ha beneficiado de ella. Nuestro modelo de financiación local descansa fundamentalmente en los ingresos urbanísticos en forma de licencias y convenios urbanísticos. Quien debía ser juez se ha constituido así en parte. Es no obstante un fenómeno global y su epicentro ha estado en Estados Unidos donde se inventó un subproducto financiero, las subprime, que finalmente han sido el desencadenante último dela crisis. Elprecio de la vivienda llegó a subir hasta el punto de que para acceder a su propiedad las familias tuvieron que endeudarse más allá de lo razonable. Esto las colocó en una situación extremadamente vulnerable. Cualquier incremento en los tipos de interés o disminución de sus ingresos por las coyunturas económicas les impedirían devolver los préstamos. Los préstamos no dejaban de fluir al calor del incremento incesante del precio dela vivienda. Perollegó un momento en que muchos bancos empezaron a temer el riesgo de impagos. Entonces aparecieron las subprime, mecanismo por el que los bancos de inversión adquirieron de los bancos y cajas de ahorro estos créditos hipotecarios a una tasa de interés menor que la nominal, a cambio de asumir ellos el riesgo. Finalmente, cuando 1 millón de ciudadanos norteamericanos se vieron sacudidos por la crisis, dejaron de pagar sus hipotecas y perdieron sus viviendas, los bancos de inversión se vieron en serios problemas. Cuando se disparó la alarma, sus cotizaciones cayeron en picado y hemos asistido a la quiebra de Lehman Brothers y de otros gigantes de Wall Street.
Esta crisis, cuyo desenlace aún es difícil de prever, nos demuestra hasta qué punto era falsa la hipótesis de que la desregulación de los mercados financieros era necesaria para que funcionara el principal motor dela economía. Laeconomía ha venido dominando sobrela política. Ylas grandes decisiones económicas se han tomado al margen de cualquier escenario controlado democráticamente. Cuando ahora se plantea que sea el estado, con el dinero de los contribuyentes, quien asuma los costes del rescate de los bancos de inversión, la pregunta sería, ¿a cambio de qué? ¿Qué contrapartidas y qué garantías obtienen la sociedad y el estado a cambio? De esto es de lo que hay que hablar. De cómo salir dela crisis. Segúnel camino adoptado podemos reforzar la democracia o desacreditarla.
Tenemos que ser conscientes de que no sólo asistimos a una crisis financiera. El propio sistema de producción, distribución y consumo están apoyados en la creencia de que la energía fósil barata e ilimitada iban a continuar indefinidamente, contra toda evidencia. Si bien es verdad que el alza del precio del petróleo se ha debido fundamentalmente a un ataque especulativo, este ataque estaba apoyado en la certidumbre de que estamos llegando al punto en que el crecimiento de la demanda, que no deja de producirse, no va a poder ser atendido por un incremento dela oferta. Estamosllegando al llamado “pico del petróleo”. Pasado este punto el precio del petróleo se disparará inevitablemente y todo el sistema de transporte y producción de energía se verán dramáticamente afectados. Toda la sociedad de consumo de masas se pondrá en crisis. Es el momento de hacer política con mayúsculas. Y ese tipo de política es demasiado importante y valiosa como para dejarlo en las exclusivas manos de los políticos profesionales. Todos nos vamos a ver afectados y todos debemos tomar parte en el debate y la toma de decisiones. Hasta el momento los partidos políticos dominantes en Estados Unidos y en Europa no han demostrado estar ala altura. Tampocolos medios de comunicación están facilitando, salvo raras excepciones, la comprensión de la Crisis que empezamos a atravesar. En estas circunstancias, sólo si se produce una gran reacción ciudadana podemos confiar en convertir la amenaza en oportunidad para reconducir con más prudencia y sentido común la organización de la cosa pública. Está en nuestras manos conseguirlo. La sociedad mundial ha dado señales esperanzadoras de estar muy por delante de los políticos que la representan en la gestión de crisis como la provocada por la guerra de Irak. ¿Seremos capaces de estar a la altura de los retos de nuestro tiempo en esta ocasión?