Rompe el círculo vicioso, cambia de vía
febrero 21, 2012 6 comentarios
El círculo vicioso del pensamiento único, con su expresión mediática y bipartidista, nos dice que en Andalucía tenemos dos vías para salir de la crisis. La primera vía sería la que nos ha traído hasta aquí, la del gobierno de la Junta de Andalucía. Desde la calle esa vía se identifica como la responsable de que Andalucía sea campeona del paro. Eso justifica que haya una enorme demanda de cambio de gobierno tras treinta años de «régimen» socialista. Se la identifica como PSOE-S.A., por la cantidad de cargos en nómina que tiene colocados en diputaciones, direcciones generales de la Junta y las empresas públicas. Se la identifica por haber paralizado todas las políticas de inversión que generaban empleo y creaban futuro: parón de las energías renovables, desplome de las políticas de rehabilitación de barrios y edificios, desplome de los programas de fomento del turismo, paralización de los programas de apoyo a los artesanos…. Se la identifica como responsable de la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas cuyo principal cliente era la administración pública y que se han quedado sin trabajo cuando la inversión pública se ha esfumado o se han visto asfixiados por las deudas contraídas con los bancos para suplir las facturas no pagadas.
La segunda vía sería la del PP, que nos propone un proyecto de cambio que nos lleva al pasado (que ellos venden como futuro) y cuyas propuestas de volver a impulsar el boom inmobiliario como motor de la economía carecen de cualquier sustento real y por tanto, además de indeseables, son imposibles: la industria inmobiliaria, con más de 200.000 nuevas viviendas sin vender y otras 400.000 viviendas vacías, carece de atractivo para los inversores. Cualquiera sabe que cuando la oferta está sobresaturada los precios caen. Los inversores sólo se sienten atraídos cuando las inversiones suben sin parar.
Desde el PSOE se alega que son la única fuerza política que puede detener la marea azul que trae recortes y contrarreformas. Y que si lo consiguen van a convocar a los actores sociales para proponer medidas generadoras de empleo. Es imposible no preguntarse por qué hace falta estar en campaña para pensar algo así, por qué ante una situación de tanta gravedad no han tomado la iniciativa siendo gobierno en lugar de prometer que lo harán si siguen siendo gobierno. La ciudadanía de a pie, la que no está ligada irremediablemente, sentimentalmente, a PP o a PSOE, se pregunta perpleja: ¿Realmente piensan desde el PSOE que la ciudadanía tiene tan poca memoria como para no recordar quién empezó la vía de las contrarreformas laborales, quién empezó la vía de los recortes?. Y desde esta perspectiva que mira a ambos partidos con distancia, pero justamente indignada, la ciudadanía se siente frustrada, atrapada en un círculo vicioso en el que gane quién gane, seguirá habiendo contrarreformas, seguirán las políticas de recortes de derechos, seguirá creciendo el paro porque ni unos ni otros tienen más visión de futuro que volver a la única vía que conocen, la del crecimiento de la producción y el consumo como único motor posible para organizar la economía. Y ambos están de acuerdo en que para hacer nuestra economía competitiva tenemos que acercarnos a los niveles salariales y los derechos laborales de los chinos, la fábrica del mundo. Unos la transitan con más gusto, sin complejos, el PP, otra con más, PSOE, porque lo que hacen cuando gobiernan contradice lo que decían que iban a hacer en la oposición. Aunque no tienen problema para decirnos que lo que hicieron desde el gobierno es lo único que se podía hacer. De ahí el que con razón les digamos que se han instalado en el pensamiento único.
No se dan cuenta de que de esta manera no hacen más que dar argumentos a quiénes pensamos que ambos partidos nos han metido en un círculo vicioso. Círculo que empezó «Por el cambio» en 1982 y que se cierra ahora, treinta años después, con «Súmate al cambio«. Ambos partidos dan argumentos a quiénes piensan que si eso es así, que si quién gobierna tiene que ceder al chantaje y la extorsión, la democracia ya no existe puesto que no es posible hacer más política que la que dictan los mercados financieros, el FMI y el BCE, todos defendiendo los mismos intereses, la misma visión, con la colaboración cómplice de los gobiernos.
La vía del crecimiento sin límites ya ha tocado techo, es la razón profunda de la crisis. Su base energética, fundamentalmente el petróleo, ha superado ya el punto en el que la demanda crece más deprisa que la oferta. Y esto nos lleva al gran círculo vicioso. Sabemos que eso está cambiando el clima y con ello amenazando las bases para la propia supervivencia de la especie humana. Sabemos que este modelo está induciendo la sexta extinción de la especies. Incluso ya se le ha puesto nombre a la era inducida por la civilización industrial, el Antropoceno, en honor a la especie que la provocó. Pero el pensamiento único, en versión neoliberal, y la alternativa keynesiana tienen en común que no ven otra manera de que funcione la economía que por la vía que nos lleva al cataclismo, la del crecimiento infinito en un planeta finito. Consideraciones éticas y ambientales al margen, esta vía está muerta desde el punto de vía económico y es una fantasía pensar que todo volverá a ser, antes o después, como antes. Esta vía nos llevará de crisis en crisis hasta el colapso, de catástrofe ambiental en catástrofe ambiental, con una desigualdad y una frutración social insostenibles que explotan y explotarán como ya vimos en el Norte de África y como empezamos a ver en Europa, en la cuna de la civilización occidental, en Grecia. Las opciones que nos proponen el voto útil, PP-PSOE, nos vienen llevando por esa vía y nos dicen que nos quieren seguir llevando por la misma. Los demás partidos minoritarios coinciden en una cosa: es preciso seguir creciendo.
Ante este panorama, algunos nos hemos sentido urgidos a dar un paso al frente, a organizarnos, a construir un programa alternativo, a elaborar un discurso que nos permita cambiar de vía hacia una sociedad basada en el sentido común. Un sentido que nos dice que no podemos producir y consumir más allá de los recursos que nos aporta el planeta, que no podemos emitir más tóxicos y residuos que los que el planeta puede absorber si no queremos envenenar nuestro hábitat y crear las condiciones para nuestra propia muerte como especie. Un relato que nos dice que tenemos y podemos satisfacer las necesidades vitales de toda la humanidad si pensamos y organizamos la economía y la sociedad de otra forma, con otros valores: la solidaridad, la equidad, la cooperación, la creatividad. Un discurso que lanza un mensaje de esperanza. En Andalucía somos ricos en energía y podemos ser autosuficientes energéticamente, creando las bases para una economía sostenible, la única posible. Tenemos sol en abundancia, viento, mar, tecnología, centros punteros en investigación, empresas pequeñas y medianas capaces de hacerlo. Sólo nos falta visión e impulso político. En Andalucía somos ricos en recursos naturales, en agricultura y ganadería, que son la base de nuestra soberanía alimentaria. Sólo necesitamos cuidar a nuestros agricultores y apoyarles en la creación de circuitos cortos de comercialización que les liberen de la tiranía de las grandes cadenas de distribución y de los intermediarios, que se quedan la renta del trabajo agrario. En Andalucía somos ricos en recursos paisajísticos y culturales, base de un turismo sostenible y de una factoría cultural propia de proyección internacional. Tenemos la sabiduría de nuestros mayores y la capacidad de innovación y emprendimiento de nuestra juventud. Juventud a la que necesitamos aquí, a la que no podemos condenar a la emigración.
Hemos despertado y nos estamos organizando en las plazas, estamos volviendo a hablar de política en cafés y bares. Ante el contrasentido de tantas cosas por hacer y tanto paro, ante el contrasentido de tanta gente sin casa y tantas casas vacías, la política, la organización de la sociedad y la economía tienen nos permiten encontrar una salida cambiando de vía. Una vía en la que podemos vivir mejor consumiendo menos recursos, reciclando y reparando, trabajando menos para trabajar todos, con la implantación de una renta básica que nos permita crear las bases para que nadie quede en situación de riesgo de exclusión.
Es posible romper el círculo vicioso si elegimos con el sentido común, si no nos quedamos en nuestra casa el día de las elecciones y votamos una alternativa capaz de cambiarnos de vía.
Mucha suerte en este empeño. Está todo muy bien explicado. Saludos y ánimo desde Equo Murcia.
Gracias Elena! un abrazo
Mejor explicado imposible, esta es la r-evolución que necesitamos. Ánimo desde La Rioja. Un abrazo
Gracias por liderar esa transición hacia una Andalucia sostenible y justa.
Me gusta la idea. Resulta atractiva, pero ¿no piensas que el mensaje es demasiado ambiguo y blando para convencer al andaluz medio?
Gracias por tu compromiso. Suerte para nuestras andaluzas.