Sobre la enseñanza de la arquitectura en tiempos de crisis
noviembre 5, 2012 Deja un comentario
Entro en twiter esta mañana y me encuentro esta nueva publicación del blog de Stepien y Barno «Carta de un estudiante de arquitectura«. La leí y la reenvíe a la lista de estudiantes de mi curso de dibujo para comentarla. Es una pena pero refleja bastante bien la realidad. Parece que las escuelas piensan, quizá como buena parte de la ciudadanía, que todo esto de la crisis es una pesadilla y que todo volverá a ser como siempre. Como profesor, me siento responsable de abrir nuevos horizontes profesionales a los arquitectos y me dí cuenta que eso pasa por la política. Si seguimos con la misma política que llevó a la crisis no harán falta arquitectos en España en varias generaciones. Pero si analizamos la cosa desde el punto de vista de si hay trabajo por hacer que requiera de arquitectos la cosa cambia. Hacen falta arquitectos para poner orden en el desorden creado por la burbuja inmobiliaria. Después del Tsunami urbanizador viene la reconstrucción. Tenemos cientos de barrios por rehabilitar y prácticamente todo el parque de viviendas construido está muy lejos de cumplir los requerimientos de la certificación energética. Tenemos que convertir en barrios las urbanizaciones. Hay un trabajo ingente por hacer para transformar el paisaje epigonal de la civilización industrial, con su barroquismo especulativo, en las bases de un nuevo orden territorial y urbano acoplado a la capacidad bioproductiva del territorio. Necesitamos a los jóvenes arquitectos aquí, no en China, con nuevos paradigmas de arquitectura. En taller 2, segundo curso, tema la casa, he pedido a los alumnos que busquen unos clientes que quieran reformar su casa y que la traigan al aula. Aplicamos el método Livingston de diseño participativo. Aprenden a escuchar a sus clientes, los entrevistan, hacen con ellos el diagnóstico de problemas y puntos fuertes de la casa a reformar. Estudian variantes. Todo bien hasta que el profesor de proyectos les dice que se olviden de la limitación de presupuesto. Los alumnos desconcertados me preguntan: ¿Qué hago? Y yo les pregunto: ¿tu cliente tiene presupuesto ilimitado?. ¡Claro que no!, me responden. Y entonces yo les digo: el método consiste en elaborar variantes. Junto al proyecto de cliente y vuestras variante de proyecto, añadir el proyecto del profesor de proyectos. Luego los lleváis todos a la sesión de discusión con el cliente y evalúais que propuesta resuelve mejor los problemas de su casa con los recursos disponibles. Vale soñar la casa deseada, hay que hacerlo, hay que anticiparse, se puede proyectar una casa que evolucione en el tiempo hasta llegar a ella. Pero no vale negar la realidad
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