Ideas y propuestas para una Sevilla por el Clima (II)

presentación de las ideas fuerza para una Sevilla por el Clima

En Adelante Sevilla asumimos el reto lanzado por la comunidad científica y por la juventud que se moviliza por el clima. Los próximos doce años van a ser claves para decidir si ganamos o perdemos definitivamente la lucha contra el cambio climático. Sevilla puede demostrar cómo es posible hacerlo con criterios de justicia social y creando empleo.

Para ello presentamos un programa que contiene medidas en tres escalas.

Primero vamos a contribuir a construcción de la Sevilla Metropolitana sobre cinco pilares: transición ecológica del modelo de producción y consumo, gestión social de la vivienda, movilidad e infraestructura verde

Sevilla funciona de hecho cotidianamente como un único espacio dónde un millón y medio de residentes nos movemos para ir al trabajo, estudiar y acceder a los servicios. Sin embargo, dependemos fundamentalmente del coche para estos desplazamientos, con el consecuente gasto de energía y económico. Este modelo de transporte es el principal responsable de las emisiones contaminantes que generan el cambio climático y además no funciona: produce enormes pérdidas de tiempo y económicas en atascos. Nuestros espacios productivos, grandes centros educativos, deportivos y sanitarios no están conectados con una red de transporte metropolitana de alta capacidad.

Entre un 15% y un 20% de las viviendas del área metropolitana están vacías, contamos con grandes extensiones de suelo urbanizado y sin edificar, pero la vivienda sigue siendo inasequible para la mayoría de la población.

Por otra parte, el área metropolitana de Sevilla concentra el mayor porcentaje de paro de la provincia.

El modelo de alimentación dependiente de la agroindustria nos provee de alimentos que de media recorren 4.000 km, con un gran consumo energético y de emisiones contaminantes, dejando por otro lado poca renta a las trabajadoras y trabajadores del sector. En esta campaña hemos visto como nuestros agricultores tenían muchas dificultades para vender unas naranjas de mucha más calidad y mejor sabor que las que vendían los grandes centros comerciales procedentes de Sudáfrica.

Para hacer frente a estos retos nuestras principales medidas de gobierno van a ser:

1/ Vamos a crear un parque agrícola metropolitano con manejo agroecológico, intensivo en mano de obra, creando canales cortos de comercialización de alimentos del productor al consumidor, mejorando así el margen económico y promocionado este sector como motor de creación de empleo de calidad.

2/ Por otra parte necesitamos apoyar la transición ecológica de nuestros espacios productivos hacia la economía circular de residuos cero. Vamos a fomentar la producción local generando empleo de proximidad y de calidad

3/ Vamos a crear una red metropolitana de transporte de alta capacidad, con tarjeta única, que integre cercanías, metro, tranvías y una nueva red de metrobuses. Dicha red conectará los principales espacios productivos, residenciales y de servicios. Se alimentará con la red metropolitana de ciclovías previstas en el Plan Andaluz de la Bicicleta y se complementará con una red de aparcamientos gratuitos para usuarios del transporte público. Como resultado esperado se genera empleo, se mejora la productividad y la actividad económica, se incrementa la cohesión social

4/ Vamos a liderar un Plan de vivienda metropolitano, gestionado mediante un consorcio de empresas públicas. Tendrá tres líneas de acción prioritarias: la intermediación en el alquiler asequible de la gran bolsa de viviendas vacías, la promoción de vivienda pública y cooperativa en alquiler sobre suelos urbanizados vacantes y el impulso a la rehabilitación y regeneración de barrios. Como resultado esperado, se incrementa la inclusión social, se facilita la emancipación de la juventud.

5/ Vamos a Impulsar la Red verde metropolitana, que conecte todos los núcleos de población y parques metropolitanos con caminos públicos arbolados. Esta red mejorará la calidad ambiental, creará oportunidades de ocio activo y de turismo sostenible, vinculado a nuestra rica oferta gastronómica, los corredores verdes del Guadalquivir, el Guadiamar y el Guadaíra, el de los alcores, la ruta del agua y conectará Sevilla con Sierra Morena.

Segundo vamos a hacer de la Sevilla Central una ciudad verde casi sin coches rodeada por un cinturón verde

Podemos imaginar y construir una ciudad con un cinturón verde, en el que los visitantes puedan dejar el coche y moverse dentro en transporte público, bicicleta, ¿vehículos eléctricos ultraligeros o caminando. Una ciudad que dentro de la SE-30 no tenga casi coches en movimiento, que esté libre de malos humos. Para ello nos proponemos reorganizar el espacio público recuperando la mayor parte del mismo para uso de las personas, llenándolo de verde, fuentes y bancos para hacerlo más habitable.  Podemos emprender un ambicioso plan de rehabilitación de edificios para hacerlos accesibles y eficientes, ahorrando energía y adaptándolos mejor al riguroso calor del verano. Podemos alimentarnos en buena medida con nuestra rica vega e impulsar una industria agroalimentaria propia. Podemos producir en los techos de sus edificios buena parte de la energía que consumimos. Podemos impulsar la innovación en nuestra industria hacia la economía circular de residuos cero, y podemos articular la movilidad en torno al transporte público electrificado, la bicicleta, los vehículos eléctricos ligeros y los recorridos a pie.

Para ello proponemos las siguientes medidas:

1/ Plan Sevilla Central para el interior del perímetro de la SE-30 que reorganice el espacio público para dar prioridad a las personas, a las bicicletas y al transporte público, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y lograr una ciudad más habitable y saludable.

2/ Crear una red de aparcamientos gratuitos para usuarios del transporte público en puntos estratégicos de la SE-30, conectada a la red de transporte público y ciclista.

3/ Modernizar la red de autobuses, simplificando su trazado, creando líneas de alta capacidad con plataforma reservada y mejorando la gestión: estaciones accesibles con control de acceso previo, carga y descarga rápida de viajeros en las estaciones, alta frecuencia y mejora de la velocidad comercial.

4/ Aplicar el modelo de supermanzanas a todos los barrios de Sevilla para dar prioridad al peatón en la mayor parte del espacio público

5/ Completar la red ciclista en el interior de los barrios, pacificando el tráfico prioridad en calzada en el interior de las supermanzanas. Todo el centro de Sevilla será una gran supermanzana con prioridad para el peatón, restringiendo el acceso a los no residentes, y este modelo se extenderá al conjunto de barrios de la ciudad, para recuperar el espacio público como lugar de encuentro y disfrute ciudadano.

6/ Completar una red continua de itinerarios verdes peatonales accesibles que conecte todos los barrios, parques y huertos urbanos de la ciudad entre sí, dotados de bancos para sentarse y fuentes frecuentes. Promoción de la movilidad activa para una ciudad saludable.Cierre con el anillo verde de Sevilla y conexión con la red verde metropolitana y con el parque agrario

Tercero, vamos a impulsar la regeneración de barrios, con presupuestos participativos, dando prioridad a los barrios más empobrecidos de la ciudad. En todos ellos vamos redistribuir el espacio público para favorecer la movilidad peatonal y ciclista, para ganar espacio público para disfrute ciudadano, y vamos rehabilitar los edificios para mejorar sus condiciones de habitabilidad y confort térmico, y lograr el balance neto mediante instalaciones solares para autoconsumo. Todos los barrios tendrán calles verdes desde el suelo hasta las cubiertas, fuentes y bancos, equipamientos de proximidad y plazas de agua y piscinas recreativas para refrescar los calurosos veranos sevillanos.

Con estas tres escalas de intervención, mediante un amplio proceso participativo, buscando un amplio consenso social, es posible emprender las medidas que necesitamos para frenar el cambio climático y adaptar la ciudad a los calurosos veranos que nos esperan.

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Ideas y propuestas para una Sevilla por el Clima (I)

Pasaje Mallol, Sevilla. Fotografía: Esteban de Manuel Jerez

La juventud nos pide que hablemos claro de la emergencia climática y ecológica y que tomemos medidas sin precedentes para ganar la batalla que se va a jugar de aquí a 2030. Nos recuerdan algo evidente pero que ignora la economía global: no tenemos PLANETA B, aunque vivamos como si lo tuviéramos. Es necesario empezar por el diagnóstico, que nos permitirá centrar los objetivos y diseñar las medidas a implementar para lograr darle la vuelta, en estos años, al modo en que nos movemos, alimentamos, producimos y consumimos, gestionamos la energía y el agua y organizamos las ciudades.

Hablar claro es comunicar a la ciudadanía las consecuencias que la crisis ecológica va a tener sobre la humanidad si no emprendemos medidas sin precedentes a tiempo. Nos enfrentamos a crisis climática, de abastecimiento de energía (ya) y de recursos materiales y asistimos a una extinción masiva de especies que pone en jaque los ecosistemas de los que depende la vida. A estas crisis se suman crisis alimentarias y de acceso al agua cada vez más frecuentes por efecto del cambio climático. Las evidencias científicas se acumulan pero chocan con los intereses y la perspectiva ciega de una economía que necesita crecer ilimitadamente en un planeta finito y que quiere seguir haciéndolo de forma «sostenible» contra toda evidencia, tal y como recogen los Objetivos de Desarrollo Sosetenible 2030.

Hacer frente al calentamiento global, la crisis más acuciante, nos permite hacer frente al resto de la crisis. Vamos a centrarnos en ello y proponer las líneas maestras de cómo hacerlo desde el ámbito local. Tenemos que ser conscientes de que tras más de 25 años de cumbres climáticas no hemos avanzado nada en el objetivo de reducción de emisiones globales.

Fuente: http://keelingcurve.ucsd.edu/

El calentamiento global es el resultado de una civilización industrial que ha sobre explotado la naturaleza y ha rebasado sus límites. Cuando decimos que no tenemos planeta B, estamos llamando la atención sobre el hecho de que hoy la humanidad consume recursos y emite residuos que precisarían 1,7 planetas. El reparto de estos recursos y emisiones es muy desigual, se concentra en los llamados países desarrollados (mal desarrollados) de modo que si los llamados «en desarrollo» los pudieran imitar precisaríamos entre 4 y 7 planetas. Y está concentrado especialmente en las áreas metropolitanas, que como la de Sevilla, requiere un territorio superior a Andalucía para abastecerse de recursos y absorber sus residuos.

¿Esto cómo es posible y qué consecuencias tiene? El nivel de desarrollo logrado por la civilización industrial se ha sustentado fundamentalmente en la energía acumulada durante millones de años, el carbón, el petróleo y el gas. Estas fuentes han permitido construir toda la economía globalizada que conocemos basada en la cultura consumista de usar y tirar y la fábrica difusa. Nos permite el lujo de llenar de naranjas de Sudáfrica nuestros supermercados, mientras las naranjas de Sevilla se quedan en los árboles. Nos han permitido extraer minerales de África Central para nuestros aparatos tecnológicos y devolverles nuestras basuras tecnológicas que se acumulan en Ghana. Pero el resultado de esta voracidad en el consumo nos ha traído el llamado pico del petróleo, momento en el que la curva de extracción ha empezado la parte de descenso mientras la demanda sigue creciendo. Esto va a tener consecuencias económicas para la economía global, que no podrá sostenerse, que se suma al calentamiento global provocado por esta rápida quema de combustibles fósiles.

Para reducir drásticamente nuestra dependencia del petróleo y dejar de extraerlo y quemarlo hay que actuar en la escala local en las siguientes líneas:

1/ Cambio de cultura y modelo de movilidad, responsable aproximadamente de un tercio de las emisiones.

2/ Rehabilitación energética de edificios e impulso del autoconsumo con energía renovable para generación de agua caliente y electricidad, para lograr edificios de consumo cero (ahorro de un tercio de las emisiones)

3/ Cambio del modelo productivo y de consumo, empezando por el alimentario, para lograr productos de Km0, de proximidad y lograr una economía circular de residuos cero (otro tercio aproximado de las emisiones).

4/ Para adaptar la ciudad al calentamiento global es preciso crear una infraestructura verde que de frescor y aire puro a la ciudad, introduciendo criterios de diseño bioclimático en los espacios públicos.

5/ Poner en marcha los ambiciosos planes y medidas que harían esto posible, requiere participación y consenso entre fuerzas políticas, líderes ecónomicos y sociales, profesionales expertos y ciudadanía en general: no es posible hacerlo sin un gran consenso social como reacción de superviviencia. Hará falta sumar esfuerzos y liderazgo público con esfuerzos y liderazgo social, en la misma línea.

6/ Dónde está nuestra principal amenaza, aparece también la oportunidad de incorporar a nuestra juventud en la construcción del futuro, dado que este esfuerzo supone una activación de la económica local, con empleos locales verdes llenos de sentido y que deben ser justamente retribuidos.

El desarrollo de estas medidas para su incorporación inmediata a los programas municipales de las candidaturas en las que concurrimos, en solitario o en coalición, ha dado lugar el documento marco Municipios por el Clima, que hemos coordinado Concha Sanmartín y yo, que contempla el marco urbano y rural, y que precisa lógicamente su contextualización en cada municipio.

Desarrollaré para Sevilla estos seis puntos en artículos sucesivos

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