Empleo, aunque sea con las manos manchadas de sangre

corbeta

Tal vez estéis al tanto de la situación de Navantia, con miles de familias de trabajadoras amenazadas por falta de pedidos. Y tal vez estéis al tanto de cómo el encargo de corbetas de guerra por parte de Arabia Saudí ha planteado un dilema ético-político mal resuelto de momento.

Ayer hablábamos en la Mesa Andaluza de Equo de las previsibles contradicciones en la que caeríamos antes o después con nuestro socio parlamentario, en Andalucía y en Madrid. En Cádiz ya se ha presentado un caso con el pronunciamiento de los alcaldes de Cádiz y Puerto Real a favor de la venta de corbetas de guerra a Arabia Saudí, reino que decapita a disidentes por docenas y mantiene a la mujer en condiciones de vida ignominiosas. Lamentable el posicionamiento sindical, de IU y de PODEMOS. Esto te pasa cuando no tienes claro hacia dónde quieres ir en materia económica y de empleo. Navantia necesita una estrategia alternativa de largo alcance. Frente al dilema de empleo, aunque sea con las manos manchadas de sangre, es necesario plantear la alternativa de crear empleo verde, también en Navantia, y blanco, con velas de paz desplegadas al viento. ¿qué tal un plan para una industria naval postcarbono? ¿Por qué no invertir en I+D+i para una industria naval postindustrial? 
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Crítica ética al capitalismo: hacia una economía del bien común

El pensamiento único se ha caracterizado por el consenso en defender el capitalismo como el único sistema que puede organizar en libertad la sociedad humana y su actividad económica. La crisis financiera y su impacto en la crisis de la economía productiva parecía abrir la vía a una crítica del capitalismo. Sin embargo hemos asistido a un proceso en dirección opuesta. El capitalismo ha realizado una ofensiva ideológica que ha logrado ocultar la quiebra ética y funcional del sistema y ha centrado su atención en culpar a las víctimas de la crisis.  El capitalismo liberal no es el final de la historia, en el sentido del culmen de la evolución, como predicó Fukuyama con la complacencia general. Pero si no lo demolemos de forma pacífica y controlada, al tiempo que lo sustituimos por otra lógica productiva, de consumo, por otros valores y por organización social, más participativa y co-responsable, efectivamente puede llevarnos al final de la historia. En la lógica capitalista, en un contexto de recursos naturales limitados, la solución es la guerra: social y entre estados. Guerra por defender la concentración de la riqueza en manos de los poderosos.

Os dejo aquí una fundamentada crítica ética al capitalismo de la benedictina Teresa Forcades

Y las alternativas que propone la economía del Bien Común

Todos somos griegos, todos a la polis

Esteban de Manuel Jerez, cabeza de lista Equo al congreso por Sevilla 

La rebautizada Plaza del 15 M de Sevilla. Foto: EdeManuel

Hoy, más que nunca, todos somos griegos, pese a que nuestros gobernantes y aspirantes a serlo se empeñen en decir lo contrario. Los ciudadanos lo sabemos. Pero no sólo porque lo que le pase a Grecia, a su pueblo, nos va a pasar a nosotros, no sólo porque sentimos en carne propia los padecimientos a los que, los mercados y su mal gobierno, les están conduciendo. Sino porque en estos tiempos de crisis sistémica, en que es preciso más que nunca hacer política con mayúscula, asistimos con perplejidad a la claudicación de ésta ante la economía financiera. Nos urge mirar a las raíces de la demos para revigorizar y regenerar la política si queremos salir de la crisis. La Grecia clásica lo tenía muy claro. Definía al hombre como zoom politicón (animal político) y lo recoge de forma muy expresiva en su mitología. Cuando Hermes preguntó a Zeus como debía distribuir entre los hombres el arte de la política éste le respondió que debía hacerlo equitativamente, porque de otra forma no sería posible la vida en la ciudad, la polis. Tan claro lo tenían los fundadores de la democracia que consideraban idiota a quién se desentendía de la participación en la toma de decisiones de los asuntos comunes. Parafraseando a William Morris, no podemos delegar la política en manos de unos profesionales y luego sorprendernos de que no ordenen bien las cosas públicas. Leer más de esta entrada

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