
Ayer, en una de las tardes más calurosas del verano menos caluroso que recordamos en Sevilla, nos dimos cita más de setenta personas, convocados por Constituyentes, para dar un segundo paso en el proyecto de Ganemos Sevilla. En la plaza del Pumarejo, en la sede de En Lucha, nos encontramos, en una «asamblea sauna» como la llamó Alfonso Romera, personas que venimos confluyendo en las reivindicaciones por los derechos sociales, por una democracia real, por la mejora de nuestros barrios, por una economía al servicio de las personas, en defensa de los servicios públicos, en defensa de la naturaleza, mujeres comprometidas en la lucha por la igualdad, en la lucha por el derecho a la vivienda, gente de Sevilla ciudad y gente que quiere impulsar el proceso Ganemos en sus pueblos, universitarios comprometidos, jóvenes y jubilados. Había gente curtida en el 15M, en la Asamblea Ciudadana de Sevilla, en las Marchas por la Dignidad del 22M y gente ilusionada por la posibilidad de cambio real abierta el 25M con la irrupción de Podemos. Había una nutrida presencia activa de gente de equo, de Izquierda Unida y de Podemos, todos a título personal. Representes de Izquierda Abierta, del Frente Cívico, de Attac, del Partido Humanista, miembros de Primavera Andaluza… Para que esta confluencia sea posible ha tenido que producirse un movimiento de abajo a arriba, un movimiento social despertado por el 15M, articulado en mareas ciudadanas, puesto en marcha por la dignidad, hecho visible por primera vez en las urnas el 25M. Ha sido necesario que Ada Colau aglutine en torno la proyecto Guayem Barcelona al movimiento ciudadano y las organizaciones sociales y políticas que coinciden en el objetivo general de ganar el ayuntamiento para ponerlo al servicio de la ciudadanía, gobernando obedeciendo el mandato de la mayoría social. Ha sido necesario aprender que no basta un Frente de Izquierdas, y que los movimientos sociales necesitan encontrar un formato de hacer política nuevo, alejado de la vieja política burocratizada y hecha de arriba a abajo. Un formato de nueva política dónde sea posible la confluencia de personas no organizadas y personas organizadas para configurar candidaturas ciudadanas mixtas. Necesitamos un modelo organizativo capaz de hacer efectiva una democracia participativa. Para que el programa de gobierno para la ciudad que queremos lo hagamos sumando a todas las personas que tienen algo que aportar. Leer más de esta entrada
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