Propuestas para mejorar el Servicio de TUSSAM en el marco de un Plan Estratégico para la empresa con horizonte 2030

Bus de Rápido Transito de Metz (Francia), Foto: Esteban de Manuel

(Estas propuestas son el resultado del trabajo del Comité de Empresa con el grupo de investigación ADICI de la Universidad de Sevilla)

OBJETO

Presentar al próximo Consejo de Administración de TUSSAM de septiembre una batería de medidas consensuadas, de rápida implantación y bajo coste, con el objetivo de mejorar el servicio de la empresa e incrementar el nº de pasajeros a los que presta servicio, en un contexto marcado por emergencia sanitaria y climática, así como por la incertidumbre económica. Complementar esas medidas con otras de carácter estratégico para desarrollar a medio plazo. Todas ellas se proponen como aportaciones a incorporar al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Sevilla.

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Tres respuestas antagonistas a la crisis socioecológica

Empieza a abrirse camino la idea de que estamos en emergencia climática, ante las aplastantes evidencias científicas y las conclusiones presentadas por los expertos en clima de la ONU. Su informe de 2018, Calentamiento Global de 1,5ºC, nos advierten de que es preciso tomar medidas urgentes y de una ambición sin precedentes, de aquí a 2030, para no superar este límite. Las consecuencias de no hacerlo son destructivas para ecososistemas básicos para el mantenimiento de la vida y nos llevarían a un punto de no retorno de consecuencias catastróficas. No es catastrofismo. No nos dicen que vamos irremediablemente hacia la catástrofe. Pero advierten que necesitamos un cambio disruptivo en las formas de producir y consumir, movernos, alimentarnos, ordenar las ciudades y el territorio. Y eso implica un giro de objetivos y de formas de pensar y de ordenar nuestros valores. Con la inercia de las últimas cuatro décadas, manteniendo la hoja de ruta actual ampliamente consensuada por la comunidad internacional y por partidos y sindicatos, no es posible lograr el objetivo. Pero no podemos cerrar la puerta a que se produzca un cambio en la percepción del riesgo por parte de la sociedad que haga posible ese giro que parece altamente improbable. No todo el mundo lo ve igual, lógicamente. Hay visiones optimistas, hay visiones pesimistas y hay visiones esperanzadas.  También hay visiones que niegan el problema: el capitalismo sucio exitoso de Trump y compañía y el anticapitalismo productivista.

1/ La visión optimista del capitalismo verde.

Para esta visión, fundada en el mito tecnológico, el libre mercado autorregulado resolverá la crisis ecológica. El pacto que lo hará posible se llama Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo principal es el crecimiento económico, piedra angular de los demás.

Centra su atención en la transición energética. Basta sustituir la dependencia de energía fósil por energías renovables. Las grandes empresas lo resolverán con gigantescos parques termosolares ubicados en los desiertos, como los pioneros que tenemos en Écija y Sanlúcar La Mayor. Resuelve la producción de alimentos con su biotecnología de transgénicos adaptados al cambio climático de la mano de Monsanto y compañía. El transporte sostenible se resuelve sustituyendo coches movidos por petróleo por los mismos coches movidos por electricidad generada por energías renovables.  La cultura del usar y tirar la cambiarán las empresas que apuestan por la economía circular sin necesidad de que nos preocupemos de cambiar nuestros hábitos de consumo. Es atractivo tanto para la derecha como para la izquierda que se ponen de acuerdo en municipios y gobiernos para avanzar por esa senda. El crecimiento económico con empleos decentes los une en el OBJETIVO 7. No se concibe ninguna economía que pueda satisfacer las necesidades humanas sin parar de crecer.

Esta forma de pensar choca sin embargo con algo tan de sentido común como que vivimos en un planeta finito, con recursos no renovables finitos y recursos renovables que no podemos explotar por encima de su capacidad de reproducción. Es una vía muerta hacia el futuro porque ya ha chocado con sus límites y ya no puede seguir creciendo. Acelera el colapso económico y social. En esta vía, a nivel político, se puede elegir entre la derecha conservadora-liberal del PP y la liberal de ciudadanos, y entre la izquierda social-liberal del PSOE y la izquierda socialdemócrata reformista de UNIDAS PODEMOS. En el eje igualdad-desigualdad, mercado-estado, dirimen sus ofertas dentro del marco del crecimiento, con más o menos proporción de mercado y de estado, con más o menos reparto de la riqueza generada. Hasta la próxima crisis económica, ya en puertas.

2/ la visión pesimista del anticapitalismo ecosocial

Es una visión bien informada. El capitalismo necesita crecer y acumular para justificar resultados ante sus accionistas. Su lógica de crecimiento de la desigualdad es implacable y lo será aún más conforme vayan menguando los recursos. La crisis ecológica la ha producido el capitalismo, para resolver la crisis ecológica hay que acabar con el capitalismo. Ya es tarde para una agenda de desarrollo sostenible. El colapso es inevitable. Tiene una versión comunista que sólo es anti y centra su atención en el conflicto social y hay una versión alter, que propone trabajar en alternativas sociales y económicas desde abajo que creen comunidades resilientes.

No hay posibilidad de volver a un estado de bienestar porque ya no disponemos de los recursos para ello. El capitalismo está condenado a crecer y no es posible desacoplar el crecimiento económico del crecimiento del consumo de recursos no renovables. No hay recursos para sustituir una sociedad en crecimiento basada en energías fósiles de alto rendimiento por energías renovables de bajo rendimiento y muy dependientes. No hay recursos para mantener el modelo agroindustrial de la Revolución Verde ni de la cuarta revolución industrial. No hay recursos para sustituir el modelo de transporte basado en el coche de motor de combustión por el de motor eléctrico. No hay recursos para una economía circular que siga creciendo

Si se analizan las gráficas de crecimiento del PIB y del crecimiento de las emisiones de CO2 se ve que no es posible reducir las emisiones sólo cambiando rápidamente las energías fósiles por renovables. Si se analizan las gráficas de extracción de recursos fósiles, de uranio, de fosfato, de cobre, no hay margen para seguir creciendo.  La solución es acabar por el capitalismo y la vía la revolución. Sin embargo, son conscientes de que esa vía no es posible a tiempo y por eso anuncian el inevitable colapso y nos invitan a prepararnos para él.

Es una vía antipolítica: no confía en que se puedan impulsar políticas públicas de transición que partiendo del capitalismo nos lleven a un post capitalismo. Esa preparación para el colapso va de la mano de impulsar alternativas desde la sociedad de manera colectiva: energéticas, alimentarias, de vivienda, a través de cooperativas. A modo de monasterios medievales las ecoaldeas y las iniciativas urbanitas creadoras de bienes comunes, tendrán alguna posibilidad de iniciar una nueva civilización tras el colapso de la civilización industrial. Pero el mundo en el que lo harán será inhabitable dado que no va a ser posible detener el cambio climático dentro de unos límites de seguridad. No es posible hacerlo desde la política institucional ni tampoco se espera una revolución. La historia sin embargo nos enseña que los cambios de sistemas económicos no son rápidos. Desde luego no se producen en una década, que es el tiempo de reacción que tenemos.

Este discurso es atractivo a una minoría ilustrada activistas de resistencia. Estéticamente es irreprochable. Pero, ¿nos podemos permitir quedarnos contemplando como llega el colapso para decir en 2030, teníamos razón? Me genera muchas dudas desde la ética política.

3/ La visión esperanzada en la transición ecosocial hacia sociedades postcapitalistas

Comparte con la anterior lo fundamental del análisis, pero adopta una estrategia diferente, de síntesis, que apuesta decididamente por las políticas públicas de transición hacia una sociedad post capitalista. Es necesario llegar a las instituciones y llegar a acuerdos de gobierno que nos permitan frenar a tiempo y potenciar el cambio socioecológico, iniciado desde abajo, que ya está creando alternativas post capitalistas. Las palabras que usa para nombrarlas están sujetas a disputa con el capitalismo verde, que se las apropia y reconduce rápidamente. El Green New Deal que propugna esta vía, el Nuevo Contrato Social Ecológico o Desarrollo sostenible fuerte, es decrecentista frente al crecentista. Propone un pacto por Objetivos de Decrecimiento Sostenible, frente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El decrecimiento, de extracción de recursos y de emisión de residuos como vía para lograr un equilibrio que permita satisfacer las necesidades humanas presentes y futuras es el camino. El PIB no es un indicador válido. Es la reducción de la Huella Ecológica, hoy globlamente 1,6 veces superior a la capacidad de recuperación del planeta, el indicador que nos debe orientar en el camino. Unido a indicadores de Desarrollo Humano: de esperanza de vida, de salud, de educación, de democracia participativa, de equidad en el reparto de la riqueza socialmente producida, de igualdad entre hombres y mujeres en poder de decisión, económico y de reparto de trabajos productivos y de cuidados. Crecimiento en valores de solidaridad, autocontención, compasión, sororidad y fraternidad, justicia social, igualdad. Decrecimiento en valores competitivos, egocéntricos, antropocéntricos, autodestructivos.

Esta vía promueve un gran pacto social para la transición socioecológica, fundado en la pedagogía social, que busca escalar soluciones de economía social combinadas con políticas públicas potentes. Es la vía de los Verdes. A esta vía los anticapis la llaman capitalismo verde pero no es así, aunque es preciso estar alerta. El camino de transición lleva a la sustitución de la agricultura y la ganadería industrial por la agroecológica, de los oligopolios energéticos por un tejido de cooperativas y empresas municipales de energía renovable, de las SOCIMIS que acumulan viviendas a precios inasequibles por cooperativas de vivienda y vivienda públicas en alquiler asequible, de la cultura consumista de usar y tirar por el consumo responsable, de la educación para la competitividad y el crecimiento de la economía a la educación cooperativa para la transición ecosocial.

Es un camino hacia un nuevo modelo de producción y consumo que efectivamente tendrá que ser circular, de residuos cero, que imite a la naturaleza y su sabia ecoeficiencia y no la suplante. Un camino hacia un nuevo equilibrio entre campo y ciudad en el que el mundo rural jugará un papel determinante. Necesitamos un mundo rural vivo que impulse una reforestación comunitaria a gran escala para generar gigantescos sumideros de carbono, creando una  economía rural generadora de biomasa, de ganadería extensiva, de agroecología, de autosuficiencia energética.

El cambio de modelo de movilidad y transporte se hará mediante la alianza entre transporte público eléctrico eficiente y movilidad activa en bicicleta y caminando, combinada con ultraligeros vehículos eléctricos de movilidad personal. Con menos coches en las ciudades y las carreteras. Con más espacio público vivo para el encuentro y menos grandes superficies comerciales.

Sólo podremos lograr ese gran pacto social por una transición ecológica con más participación, con más y mejor democracia, con más igualdad entre hombres y mujeres, con más solidaridad y cooperación entre regiones y entre generaciones.

Como nos enseña Concha Sanmartín, “las revoluciones bruscas no dan lugar a cambios estructurales permanentes. A veces, pueden ser el inicio para ello, pero a costa de mucho sufrimiento. Las revoluciones tranquilas de los valores y los modos de vida han sido siempre más eficaces en la historia, para bien y para mal”.

Ideas y propuestas para una Sevilla por el Clima (II)

presentación de las ideas fuerza para una Sevilla por el Clima

En Adelante Sevilla asumimos el reto lanzado por la comunidad científica y por la juventud que se moviliza por el clima. Los próximos doce años van a ser claves para decidir si ganamos o perdemos definitivamente la lucha contra el cambio climático. Sevilla puede demostrar cómo es posible hacerlo con criterios de justicia social y creando empleo.

Para ello presentamos un programa que contiene medidas en tres escalas.

Primero vamos a contribuir a construcción de la Sevilla Metropolitana sobre cinco pilares: transición ecológica del modelo de producción y consumo, gestión social de la vivienda, movilidad e infraestructura verde

Sevilla funciona de hecho cotidianamente como un único espacio dónde un millón y medio de residentes nos movemos para ir al trabajo, estudiar y acceder a los servicios. Sin embargo, dependemos fundamentalmente del coche para estos desplazamientos, con el consecuente gasto de energía y económico. Este modelo de transporte es el principal responsable de las emisiones contaminantes que generan el cambio climático y además no funciona: produce enormes pérdidas de tiempo y económicas en atascos. Nuestros espacios productivos, grandes centros educativos, deportivos y sanitarios no están conectados con una red de transporte metropolitana de alta capacidad.

Entre un 15% y un 20% de las viviendas del área metropolitana están vacías, contamos con grandes extensiones de suelo urbanizado y sin edificar, pero la vivienda sigue siendo inasequible para la mayoría de la población.

Por otra parte, el área metropolitana de Sevilla concentra el mayor porcentaje de paro de la provincia.

El modelo de alimentación dependiente de la agroindustria nos provee de alimentos que de media recorren 4.000 km, con un gran consumo energético y de emisiones contaminantes, dejando por otro lado poca renta a las trabajadoras y trabajadores del sector. En esta campaña hemos visto como nuestros agricultores tenían muchas dificultades para vender unas naranjas de mucha más calidad y mejor sabor que las que vendían los grandes centros comerciales procedentes de Sudáfrica.

Para hacer frente a estos retos nuestras principales medidas de gobierno van a ser:

1/ Vamos a crear un parque agrícola metropolitano con manejo agroecológico, intensivo en mano de obra, creando canales cortos de comercialización de alimentos del productor al consumidor, mejorando así el margen económico y promocionado este sector como motor de creación de empleo de calidad.

2/ Por otra parte necesitamos apoyar la transición ecológica de nuestros espacios productivos hacia la economía circular de residuos cero. Vamos a fomentar la producción local generando empleo de proximidad y de calidad

3/ Vamos a crear una red metropolitana de transporte de alta capacidad, con tarjeta única, que integre cercanías, metro, tranvías y una nueva red de metrobuses. Dicha red conectará los principales espacios productivos, residenciales y de servicios. Se alimentará con la red metropolitana de ciclovías previstas en el Plan Andaluz de la Bicicleta y se complementará con una red de aparcamientos gratuitos para usuarios del transporte público. Como resultado esperado se genera empleo, se mejora la productividad y la actividad económica, se incrementa la cohesión social

4/ Vamos a liderar un Plan de vivienda metropolitano, gestionado mediante un consorcio de empresas públicas. Tendrá tres líneas de acción prioritarias: la intermediación en el alquiler asequible de la gran bolsa de viviendas vacías, la promoción de vivienda pública y cooperativa en alquiler sobre suelos urbanizados vacantes y el impulso a la rehabilitación y regeneración de barrios. Como resultado esperado, se incrementa la inclusión social, se facilita la emancipación de la juventud.

5/ Vamos a Impulsar la Red verde metropolitana, que conecte todos los núcleos de población y parques metropolitanos con caminos públicos arbolados. Esta red mejorará la calidad ambiental, creará oportunidades de ocio activo y de turismo sostenible, vinculado a nuestra rica oferta gastronómica, los corredores verdes del Guadalquivir, el Guadiamar y el Guadaíra, el de los alcores, la ruta del agua y conectará Sevilla con Sierra Morena.

Segundo vamos a hacer de la Sevilla Central una ciudad verde casi sin coches rodeada por un cinturón verde

Podemos imaginar y construir una ciudad con un cinturón verde, en el que los visitantes puedan dejar el coche y moverse dentro en transporte público, bicicleta, ¿vehículos eléctricos ultraligeros o caminando. Una ciudad que dentro de la SE-30 no tenga casi coches en movimiento, que esté libre de malos humos. Para ello nos proponemos reorganizar el espacio público recuperando la mayor parte del mismo para uso de las personas, llenándolo de verde, fuentes y bancos para hacerlo más habitable.  Podemos emprender un ambicioso plan de rehabilitación de edificios para hacerlos accesibles y eficientes, ahorrando energía y adaptándolos mejor al riguroso calor del verano. Podemos alimentarnos en buena medida con nuestra rica vega e impulsar una industria agroalimentaria propia. Podemos producir en los techos de sus edificios buena parte de la energía que consumimos. Podemos impulsar la innovación en nuestra industria hacia la economía circular de residuos cero, y podemos articular la movilidad en torno al transporte público electrificado, la bicicleta, los vehículos eléctricos ligeros y los recorridos a pie.

Para ello proponemos las siguientes medidas:

1/ Plan Sevilla Central para el interior del perímetro de la SE-30 que reorganice el espacio público para dar prioridad a las personas, a las bicicletas y al transporte público, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y lograr una ciudad más habitable y saludable.

2/ Crear una red de aparcamientos gratuitos para usuarios del transporte público en puntos estratégicos de la SE-30, conectada a la red de transporte público y ciclista.

3/ Modernizar la red de autobuses, simplificando su trazado, creando líneas de alta capacidad con plataforma reservada y mejorando la gestión: estaciones accesibles con control de acceso previo, carga y descarga rápida de viajeros en las estaciones, alta frecuencia y mejora de la velocidad comercial.

4/ Aplicar el modelo de supermanzanas a todos los barrios de Sevilla para dar prioridad al peatón en la mayor parte del espacio público

5/ Completar la red ciclista en el interior de los barrios, pacificando el tráfico prioridad en calzada en el interior de las supermanzanas. Todo el centro de Sevilla será una gran supermanzana con prioridad para el peatón, restringiendo el acceso a los no residentes, y este modelo se extenderá al conjunto de barrios de la ciudad, para recuperar el espacio público como lugar de encuentro y disfrute ciudadano.

6/ Completar una red continua de itinerarios verdes peatonales accesibles que conecte todos los barrios, parques y huertos urbanos de la ciudad entre sí, dotados de bancos para sentarse y fuentes frecuentes. Promoción de la movilidad activa para una ciudad saludable.Cierre con el anillo verde de Sevilla y conexión con la red verde metropolitana y con el parque agrario

Tercero, vamos a impulsar la regeneración de barrios, con presupuestos participativos, dando prioridad a los barrios más empobrecidos de la ciudad. En todos ellos vamos redistribuir el espacio público para favorecer la movilidad peatonal y ciclista, para ganar espacio público para disfrute ciudadano, y vamos rehabilitar los edificios para mejorar sus condiciones de habitabilidad y confort térmico, y lograr el balance neto mediante instalaciones solares para autoconsumo. Todos los barrios tendrán calles verdes desde el suelo hasta las cubiertas, fuentes y bancos, equipamientos de proximidad y plazas de agua y piscinas recreativas para refrescar los calurosos veranos sevillanos.

Con estas tres escalas de intervención, mediante un amplio proceso participativo, buscando un amplio consenso social, es posible emprender las medidas que necesitamos para frenar el cambio climático y adaptar la ciudad a los calurosos veranos que nos esperan.

La red de transporte metropolitana que Sevilla Necesita

Artículo publicado en Andalucía Información

Cuando se han cumplido diez años de la puesta en marcha de la línea 1 de metro, única construida de las cuatro diseñadas hace veinte años, urge abrir un debate sobre el transporte metropolitano que tenemos y el que necesitamos. Tenemos un sistema que a nivel metropolitano descansa fundamentalmente en el coche y necesitamos, con urgencia, un sistema de transporte público eficiente que cubra las necesidades del millón y medio de habitantes de la Sevilla metropolitana, que cada día se mueven en este ámbito para ir al trabajo, al estudio o acceder a los servicios.

Es urgente por tres razones. La primera, porque los expertos en Cambio Climático señalan que es urgente reducir drásticamente las emisiones de CO2 asociadas al transporte, tomando medidas sin precedentes de aquí a 2030. La segunda, porque la capacidad de extraer petróleo, responsable del 95% de la energía consumida en transporte, está en declive y no va a llegar a cubrir las necesidades del modelo actual. La tercera, por sus costes sociales y económicos de un modelo que colapsa en las horas punta, hace perder competitividad a las empresas que operan en nuestro territorio, y supone un elevado costo para las personas trabajadoras, que dedican casi una cuarta parte de su jornada laboral a sufragar estos costes. A esto hay que añadir el impacto sobre la salud, por contaminación atmosférica y acústica, la siniestralidad asociada a este modelo y el sacrificio de espacio público, destinado en su mayor parte al coche, en detrimento de los espacios de convivencia y de los modos de movilidad activa y no contaminante.

El objetivo es que todos los principales centros de actividad del área metropolitana de Sevilla estén conectados con un sistema de transporte rápido, de alta capacidad y frecuencia y que toda la población del área metropolitana pueda acceder al mismo en menos de diez minutos, a pie, en bicicleta o con sistemas motorizados ligeros y preferentemente eléctricos.

¿Cómo podemos hacerlo con los recursos que tenemos y en el plazo que tenemos?

Combinando mejoras en el diseño y la gestión del sistema con un uso más eficiente de las infraestructuras disponibles y completándolas con otras que podamos realizar en un corto espacio de tiempo y dentro del presupuesto disponible, en las escalas estatal, autonómica y municipal.

Necesitamos un diseño y un modelo de gestión que integre todos los modos de transporte público mediante una única tarjeta o un bono social, con tarifas por tramos, con independencia del modo que utilicemos. Un sistema con nodos intercambiadores dotados de aparcamientos para vehículos privados, los conocidos como aparcamientos disuasorios o Park and Ride. Dotado de estaciones y paradas que cumplan las normas de accesibilidad universal, con sistema de control de acceso previo a la subida a los vehículos, para evitar las colas que demoran la subida a los vehículos. Este sistema multimodal e integrado, permitirá alimentar a los modos de transporte de alta capacidad existentes e infrautilizados, particularmente las cinco líneas del ferrocarril de cercanías y ampliar el radio de proximidad de sus estaciones siguiendo el modelo holandés que prioriza el acceso a todas las estaciones mediante una tupida red ciclista.

Pero este sistema necesita ser ampliado para cubrir el acceso a todos los principales focos de actividad laboral, de estudios y de servicios, y cubrir toda el área residencial de la aglomeración urbana de Sevilla. Y es posible hacerlo con una inversión mínima en infraestructuras, aprovechando la red viaria existente y reorganizándola para dar prioridad al transporte público, creando una red extensa y continua de plataformas reservadas, diseñadas para Sevilla en el plan de 2006 pero nunca ejecutadas, y ampliada para cubrir toda el área metropolitana. Esta red permitirá implementar rápidamente y a un coste de entre 4-7 millones €/km el sistema de transporte de alta capacidad más eficiente disponible en estos momentos, el metrobus o Bus de Rápido Tránsito. Es el sistema inventado en Curitiba y extendido en todo el mundo con vehículos biarticulados, y que perfectamente pueden estar electrificados.  Con este sistema se puede cubrir completamente el Aljarafe, los Alcores y la comunicación con los municipios del norte y el sur del área metropolitana.

Foto: METTIS, metrobus o B.R.T de Metz, sin raíles. Autor: Esteban de Manuel, 2015

Este sistema permite que imaginemos que en 2030 será posible tener una Sevilla metropolitana con muchos menos coches, sin malos humos, con muchos menos accidentes, dónde la prioridad en el uso del espacio público se invierta para favorecer la convivencia y la movilidad peatonal, en bicicleta, vehículos ligeros de movilidad personal y transporte público.

Manifiesto por una Sevilla que cuida a las personas, cuida sus barrios y lucha Contra el Cambio Climático

Tenemos que empezar hablando claro. El tema más urgente a resolver por Sevilla, como por toda la humanidad, de aquí a 2030, es poner freno a las emisiones contaminantes que generan el Cambio Climático. Los científicos nos advierten que es posible hacerlo con un esfuerzo sin precedentes. Pero al mismo tiempo nos dicen que se nos acaba el tiempo si queremos evitar que sus efectos sean catastróficos para la vida en el planeta. Lo hecho hasta ahora no es suficiente. No podemos seguir haciéndonos trampas al solitario como ha hecho el gobierno de Juan Espadas con sus dos Planes de Acción por el Clima y la Energía Sostenible. Los científicos nos advierten que tenemos que producir en muy poco tiempo cambios drásticos en la forma en que generamos energía, nos movemos y nos alimentamos. Cambios en nuestros edificios y en nuestras ciudades. La lucha contra el cambio climático con criterios de justicia social es para nosotras el punto de partida de la propuesta municipalista para Sevilla, porque es una batalla que se tiene que ganar fundamentalmente en las ciudades. Y Sevilla tiene la oportunidad de liderar esa lucha al tiempo que activa su economía, genera empleo, mejora sus barrios y limpia el aire que respiramos.

El proyecto de ciudad que proponemos para Sevilla está vinculado a la idea de ciudad habitable, saludable, inclusiva, solidaria y verde. Las medidas para lograr estos objetivos son a la vez nuestra mejor baza para un ambicioso plan de formación y empleo que dinamice nuestra economía hacia el objetivo. Vamos a crear empleo con un ambicioso plan de transporte público eficiente metropolitano. Poniendo a trabajar al sol en nuestros techos para generar la energía que demandan nuestras viviendas, empresas y administraciones. Con un ambicioso plan que cuide y multiplique nuestros árboles, llene de verde nuestras calles y las cubiertas y fachadas de nuestros edificios. Vamos a generar empleo revolucionando el modelo de gestión de residuos con un plan estratégico para lograr el objetivo de residuos cero. Vamos a impulsar un Plan de salud vinculado a respirar aire limpio, libre de emisiones contaminantes, a la alimentación saludable, consumiendo productos frescos de proximidad y a llevar una vida activa, caminando, moviéndonos en bicicleta, y practicando ejercicio y deportes.

Se trata de un plan de emergencia para Sevilla que precisa voluntad de gobierno y actitud negociadora para sumar a todas las organizaciones sociales, culturales, políticas y económicas al proyecto. Para ello queremos construir una candidatura que sea percibida como la de las propuestas para vivir mejor en Sevilla, basada en el diálogo para el buen gobierno de la ciudad. Una candidatura que promueva la democracia participativa en el día a día, porque todas las personas que compartimos esta hermosa ciudad tenemos que tener la oportunidad de contribuir a construir la Sevilla que Queremos.

(Manifiesto para una candidatura municipalista para Sevilla, basada en la democracia participativa, presentado por Equo a la sociedad sevillana, a las organizaciones sociales, económicas y políticas de la ciudad. Si crees que es necesaria una candidatura así, difúndelo)

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