Siete premisas para que las ciudades sean espacios de encuentro

Comparto aquí el diálogo en el que participé en el Encuentro Estatal de Ciudades Educadoras en Lleida (2018) “Repensar la ciudad”, en la Charla/Debate “La ciudad, espacios de encuentro” junto con Sr. Pep Centelles Portella (Ingeniero, experto en estrategias urbanas y transición energética y Consultor de la AICE) y la socióloga urbanista Paula Cid Sanz.

Y aquí el enlace a la versión escrita en la que desarrollo las siete premisas que considero necesarias para que las ciudades potencien su capacidad de convertirse en lugares de encuentro

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Ya somos medina, aprendiendo de Jnane Aztout, gana el premio ONU HABITAT a las mejores prácticas

Foto: Stefania Scamardi

El proyecto de cooperación para la transformación del asentamiento chabolista de Jnane Aztout, en Larache, acaba de ser galardonado en el XI ciclo del Premio Internacional de Dubai y las mejores prácticas para mejorar el entorno de la vida , auspiciado por ONU HABITAT. Es una inmensa alegría por el reconocimiento que supone al esfuerzo de sus vecinos y vecinas, organizados en torno a su widadiyat y liderados por Redouan Akjeje y Mohamed Larbi. Para las autoridades marroquíes que desde la Comisión de Seguimiento del Plan Villes Sans Bidonvilles (PVSB) le han dado impulso y dieron respaldo a una metodología de acompañamiento social que puede servir de referencia para otros barrios. Y para todo el gran equipo que a lo largo de ocho años hemos cooperado para hacerlo posible, en torno a la ONG Arquitectura y Compromiso Social (hasta 2008) y en torno al grupo de Cooperación Hábitat y Desarrollo de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Sevilla (2008-2013). Quiero empezar reconociendo a los asesores expertos internacionales que nos han asesorado y acompañado. Francisco Torres, arquitecto responsable de la cooperación de la Consejería de Fomento y Vivienda en Larache, que tiene problemas con los asentamientos informales y conocedores de nuestro trabajo, nos propuso involucrarnos en una acción piloto en Larache de mejora de asentamientos informales. A los arquitectos Youssef y Catherine M’rabet que nos situaron en el programa PVSB y nos señalaron el barrio de Jnane Aztout como idóneo para una experiencia piloto participativa. Ellos nos allanaron el camino institucional. A los arquitectos Carlos Gónzalez Lobo y María Eugenia Hurtado, nuestros maestros mexicanos de la UNAM, que nos acompañaron desde el principio y nos ayudaron a enfocar el proyecto.Al equipo del Instituto de Innovación y Desarrollo de la Vivienda dirigido por Víctor Pelli, en la UNNE, que nos ayudó a diseñar el proceso y desatar los nudos conflictivos del mismo. A todo el equipo de profesores y estudiantes de Sevilla que han participado, en particular, Juan Ojeda y Luis Andrés Zambrana que nos acompañaron en los primeros pasos y nos ayudaron a resolver los momentos más difíciles. A los técnicos que sostuvieron la Oficina Técnica de Barrio día a día, empezando por Alejandro Muchada, Samira Oudihi, Claudia Ugarte y Laura Pérez Prieto y terminando por Elsy Laucho. A quiénes impulsaron el proyecto desde Arquitectura y Compromiso Social, especialmente José María López Medina, Stefania Scamardi y Marina Lagos.Son muchas las imágenes que se pueden abrir en estos momentos y las puertas que abren ahora. Y a Francisco Medina, director de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Sevilla que acogió este proyecto en su segunda etapa (2008-2013), cuando «superado lo imposible quedaba por hacer lo realmente díficil», en palabras de Marina Lagos. No sólo nos apoyó incondicionalmente en la búsqueda de financiación para hacer posible la construcción de las viviendas y terminar la urbanización del barrio, con el programa de autoconstrucción asistida, sino que se sumó al equipo en las reuniones de trabajo, actuando como experto en resolución de conflictos.  Leer más de esta entrada

Sobre los retos de la Agenda Urbana Mundial

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Cualquier profesional que se  enfrentado a un proyecto de cooperación al desarrollo en hábitat social sabe que necesita cambiar su mirada y adquirir herramientas no adquiridas durante el grado. Si es arquitecto en seguida comprenderá que va a necesitar algo más que habilidades para diseñar objetos. El diseño de procesos será determinante. Procesos en los que tendrá que colaborar con una gran variedad de agentes, institucionales, populares y profesionales de distintas áreas. También se habrá enfrentado a la necesidad de repensar las técnicas y tecnologías que usa. En el marco del subprograma “Vivienda de Interés Social” del programa de cooperación latinoamericano CYTED hemos escrito y debatido mucho sobre la cuestión de las tecnologías apropiadas y apropiables, duras y blandas (sociales). Y aquellos que hemos trabajado en cooperación internacional al desarrollo hemos tenido la experiencia de aprender conocimientos y metodologías que nos son útiles para intervenir en cooperación al desarrollo local. Hemos aprendido de la práctica propia y de la de otros colegas. Durante las últimas décadas se ha producido un vivo intercambio de conocimientos y experiencias entre profesionales y movimientos sociales “viviendistas” de América Latina y la península ibérica, completado en nuestro caso con Marruecos. Y hemos compartido la convicción de que es preciso crear espacios de formación en grado y en postgrado para transmitir los conocimientos y los métodos que precisan los profesionales que van a intervenir en circunstancias complejas de hábitat, con escasez de recursos, con conflictos de intereses en juego, como ocurre en situaciones de precariedad y pobreza. Pero como ocurre también en  cualquier contexto, de los que consideramos desarrollados, y que precisan afrontar procesos de crisis, de colapso o de prevención de situaciones críticas y de colapso. En realidad toda la civilización se encuentra al borde hoy del colapso y por tanto toda ella está expuesta y necesitada de emprender procesos sociales de cambio o de adaptación a los cambios.

La reciente cumbre mundial Hábitat III de Quito, con la elaboración de la Agenda Urbana, ha sido una buena ocasión para tomar el pulso al consenso internacional logrado sobre cuáles son los retos que han de afrontar las ciudades y el conjunto de los asentamientos humanos en los próximos veinte años. Leer más de esta entrada

Jnane Aztout, Nosotros también somos medina

Jnane Aztout, Foto: Stefania Scamardi

Jnane Aztout, Foto: Stefania Scamardi

Mañana 29 de mayo salgo para Larache, para participar en la Conferencia Final del proyecto de cooperación de Jnane Aztout. Va a ser una fiesta, una gran fiesta. Vamos a hacer memoria, vamos a recordar de dónde partimos y dónde estamos, vamos a proyectarnos hacia el futuro. Lo que empezó como «una fábrica de sueños«, en un barrio chabolista pegado a la medina, asomado a la desembocadura del Lucus, habitado por pescadores nacidos en él, es  hoy una realidad, dinámica, provisional, pero una realidad. Las chabolas han sido sustituidas por casas. Las casas tienen agua corriente. A las casas se puede llegar por calles con nombre, con piso firme, de enchinado y ladrillo. Es una realidad provisional porque aquí como en América Latina la gente vive construyendo. Ahorran, compran materiales, compran cal, compran plantas y mejoran sus casas y sus calles, siempre. Vamos a inaugurar un barrio que seguirá mejorando, que seguirá construyéndose por sus vecinas y vecinos. Leer más de esta entrada

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