Sevilla Necesita un Plan Municipal Participativo de Vivienda

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Rehabilita Alcosa

 

Sevilla Directo publica el 17/03/2015 este artículo de opinión

Los dos grandes problemas sociales de Sevilla están vinculados entre sí: el paro y la vivienda. Y las políticas municipales de las últimas décadas se han mostrado ineficaces para resolver ambos. Vamos a analizar qué ha fallado y qué podemos hacer para resolver el problema, dando giro a la situación pese al contexto económico tan difícil marcado por la Ley 27/2013 de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local aprobada por el gobierno del Partido Popular. En el artículo publicado el 17/03/2015 en Sevilla Directo expongo las ideas fuerza para un giro copernicano en las políticas municipales de vivienda centrado en la intermediación para la gestión de las viviendas vacías y la rehabilitación.

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Hacia otra política de vivienda

(Artículo publicado en NOTON nº7. Otoño 2012.)

En un contexto de paro masivo y recortes salariales cada vez más familias no pueden hacer frente a sus hipotecas. Quinientas diecisiete familias al día son desahuciadas por iniciativa de los bancos y pasan bruscamente de estar incluidas en la sociedad a verse en una situación de extrema vulnerabilidad. A la pérdida de sus casas se suma la injusta carga de mantener una deuda con el banco por la mitad del valor por el que éste tasara su vivienda. La suma de miles de estas situaciones y el fracaso de multitud de promociones de viviendas en todas sus fases ha convertido a los bancos en la mayor inmobiliaria del país. Son propietarios de una de cada cuatro viviendas sin vender. Pero la pérdida de valor de este patrimonio inmobiliario estropea sus balances y suscita dudas en los mercados financieros que les cierran el grifo de los créditos. El anunciado rescate financiero de estos bancos, que acumulan 175.000 millones de euros en productos inmobiliarios desvalorizados o de dudoso valor, trae como condición, para mayor escarnio, la creación de un banco público malo que se haga cargo de todo lo que los bancos tienen y no quieren porque lastra su actividad. La adquisición de estos activos, llamados tóxicos, por el estado supondrá un incremento de la deuda pública por el mismo valor de esos activos. Y tras la modificación constitucional aprobada conjuntamente por socialistas y conservadores, devolver la deuda es prioridad sobre cualquier otra política de gasto. Es decir, el rescate traerá consigo mayores y  más drásticos recortes. El contraste entre el abandono a su suerte de los desahuciados y los rescates millonarios a los bancos que se han quedado con sus casas y han provocado la crisis es una de las mayores fuentes de indignación social. Leer más de esta entrada

Aprendiendo de La corrala de vecinas la utopía: la regulación de la ocupación de viviendas

Resolver esta contradicción, seiscientas mil casas deshabitadas y miles de personas sin casa, es posible sólo si cambiamos de lógica, si asumimos con radicalidad los principios constitucionales sobre el derecho a la vivienda y sobre la función social de la propiedad. Los gobiernos tienen el deber constitucional de hacer efectivo el derecho a la vivienda y tienen así mismo el deber constitucional de que se cumpla la función social de la propiedad, vulnerado en el caso de las casas vacías, sin gente que las habite. Cuando este deber constitucional no es ejercido por los gobernantes, cuando cada día son desalojados de sus casas trescientas familias que no pueden hacer frente a sus hipotecas por la crisis provocada por los mimos bancos que ahora les embargan, los ciudadanos toman la iniciativa, se organizan y hacen cumplir la constitución llenando de gente sin casa las casas vacías. Estas casas vacías, estos deshaucios, son una de las más expresivas e indignantes manifestaciones de la falsedad del mito de la capacidad del mercado para autorregularse. El mercado de vivienda ha fracasado estrepitosamente en su función de proveer de casas a quiénes las necesitan para vivir, a un precio que puedan pagar, porque se ha dedicado a proveer de viviendas para especular, con el estímulo de gobiernos locales, autonómicos y estatales, y la alegre financiación de los bancos. Este alegre negocio especulativo ha dejado el sistema productivo español en la ruina, a los trabajadores en el paro, a los ayuntamientos en quiebra y a los bancos sin fondos. Leer más de esta entrada

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