Sobre el cambio de gobierno en Andalucía y la salida de la crisis


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Por segunda vez consecutiva, las andaluzas y andaluces vamos a tener un presidente, una presidenta en este caso, que no hemos votado. Es un síntoma más de la decadencia del gobierno del PSOE en Andalucía y una muestra de falta de respeto a la ciudadanía. Imita la mala práctica del relevo de Gallardón en el ayuntamiento de Madrid y de Esperanza Aguirre en el de la comunidad. Son cambios que en una democracia seria pasarían por la convocatoria de nuevas elecciones.

El cambio de gobierno que se está produciendo en Andalucía, empezando por el relevo en la presidencia, en unos momentos en que la comunidad se desangra por el paro y la falta absoluta de futuro que perciben nuestros jóvenes, es una buena oportunidad para repensar, desde la sociedad, sobre la prioridades que debería acometer el nuevo gobierno de Andalucía para que recuperemos la confianza en nuestras instituciones y en nuestro futuro. La confianza en la Junta de Andalucía no sólo está muy dañada por el hecho de que en su seno se haya fraguado la corrupción en torno a los EREs. Lo está porque da la impresión de que la institución se ha quedado paralizada, sin ideas ni capacidad de respuesta a la crisis. Ambas razones están detrás de la dimisión de Griñán tal y como él mismo ha declarado.

Lástima que estas evidencias no las hubiera calibrado antes el ex-presidente. Tengo la sensación de que Griñán nos ha hecho perder un tiempo precioso. Si hubiera considerado a tiempo estas razones lo lógico hubiera sido que no se hubiera presentado a las elecciones. El escándolo de los EREs, del que antes o después tenía que ser consciente que le tocaría asumir responsabilidades, como consejero que fue de economía, era razón más que suficiente como para que hubiera tenido la prudencia de no comprometer el gobierno de Andalucía. Pero es que además, su carencia de ideas no es nueva, ni producto exclusivo de la presión que el escándalo de corrupción ha ejercido sobre su gobierno. De su primer periodo como presidente no queda ninguna aportación significativa para impulsar Andalucía. Griñán no fue capaz de evitar que perdiéramos las Cajas de Ahorro, se limitó a aplicar recortes que de hecho dañaron gravemente las políticas de salud y educación y desmantelaron la mayor parte de las políticas públicas de vivienda, comercio, turismo, etc. No aportó nada para sacar a la agricultura de su postración ni para impulsar la transición del modelo energético en nuestra comunidad. Era necesario dar un giro a las políticas públicas pero en lugar de ello la administración, bajo su presidencia, cayó en un pesimismo inactivo letal, tanto para la moral de los empleados públicos como para la sociedad en su conjunto.

Necesitamos un gobierno que lidere, impulse y transmita ese impulso a la sociedad. Pero para eso hacen falta ideas. El cambio de modelo productivo que parece que va a marcar la agenda del gobierno de Susana Díaz, llega con al menos seis años de retraso, que son los que llevamos de crisis. En realidad más. Desde finales de los años 90 había signos suficientes de que estábamos entrando en una burbuja inmobiliaria. Pese a que éramos minoría quiénes lo decíamos introdujimos el debate en la sociedad aportando el conocimiento crítico y propositivo que sale de la universidad y de la acción social. El gobierno andaluz ha seguido apostando por el desarrollo inmobiliario como motor de la economía hasta el año 2008, fecha en la que aprobó el último y frustrado plan de vivienda, que preveía todavía la construcción de 700,000 nuevas viviendas en Andalucía.

El cambio de modelo productivo, y de consumo, que necesita Andalucía, tendría que articular varios ejes interrelacionados: la transición energética a las renovables, el cambio del modelo de movilidad y transporte, la rehabilitación y revitalización de nuestros barrios, el impulso a la agroecología y la industria de transformación alimentaria, el cambio de modelo turístico y el impulso de la tercera revolución industrial. Todos ellos tienen en común que no hay salida a la crisis sin resolver la crisis energética y de escasez de materiales a la que nos enfrentamos, y sin cambiar valores y patrones culturales. Sin embargo tenemos las condiciones para ser una comunidad que esté en cabecera del tren de la tercera revolución industrial, impulsando la investigación y el desarrollo tecnológico y el tejido empresarial andaluz.

Si el nuevo gobierno no da muestras, rápidamente, de que está en condiciones de hacerlo debería crear las condiciones, al menos, para que pueda haber un relevo de ideas de verdad en nuestra comunidad, impulsando un cambio en las reglas de juego. Es prioritario que se tramiten y aprueben cuanto antes la ley de participación ciudadana y la reforma de la ley electoral. La primera debería crear condiciones reales para que la ciudadanía pudiera participar efectivamente en la toma de decisiones importantes para impulsar ese cambio de modelo y cualquier otro asunto de interés público. No hay salida a la crisis si no tomamos conciencia de que nos toca a todas y todos asumir una responsabilidad en ello, con nuestra actividad económica, social y política continuada. Crear las bases para una democracia participativa es fundamental. Por otra parte, tenemos que crear las condiciones para una democracia representativa de verdad, abierta a la pluralidad de ideas y basada en el principio de la cooperación. Para ello es necesario eliminar las barreras que ponen límites a la representación proporcional y crear condiciones equitativas en el acceso a los medios. Ambas medidas están en el acuerdo de gobierno. Estaremos atentos a sus primeros pasos y aportaremos nuestras ideas. Sin resolver la crisis política no resolveremos la crisis económica, social y ambiental.

 

 

 

 

Acerca de estebandemanueljerez
Profesor e investigador en la acción por el Derecho a la Ciudad. Me emergen ensayos y relatos, de tarde en tarde poemas. Trabajo como profesor en la Universidad de Sevilla y colaboro con el Taller Ecosocial.

One Response to Sobre el cambio de gobierno en Andalucía y la salida de la crisis

  1. jcromero says:

    Efectivamente, por muy legal que sea el procedimiento, le falta el mismo sentido democrático que le ha faltado al proceso de primarias previo. En todo caso, en el discurso de Susana Díaz hay elementos interesantes. Me quedo con algo muy simple pero que de llevarse a cabo sería un paso relevante en favor de la transparencia y de la lucha contra la corrupción. Me refiero al anuncio de que el orden del día de los Consejos de Gobierno será público y conocido con antelación, así como que también serán públicos los expedientes de los acuerdos alcanzados. Me parece algo muy simple, fácil de cumplir pero un paso relevante en favor de la transparencia y en la lucha contra la corrupción.

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