Ya somos medina, aprendiendo de Jnane Aztout, gana el premio ONU HABITAT a las mejores prácticas


Foto: Stefania Scamardi

El proyecto de cooperación para la transformación del asentamiento chabolista de Jnane Aztout, en Larache, acaba de ser galardonado en el XI ciclo del Premio Internacional de Dubai y las mejores prácticas para mejorar el entorno de la vida , auspiciado por ONU HABITAT. Es una inmensa alegría por el reconocimiento que supone al esfuerzo de sus vecinos y vecinas, organizados en torno a su widadiyat y liderados por Redouan Akjeje y Mohamed Larbi. Para las autoridades marroquíes que desde la Comisión de Seguimiento del Plan Villes Sans Bidonvilles (PVSB) le han dado impulso y dieron respaldo a una metodología de acompañamiento social que puede servir de referencia para otros barrios. Y para todo el gran equipo que a lo largo de ocho años hemos cooperado para hacerlo posible, en torno a la ONG Arquitectura y Compromiso Social (hasta 2008) y en torno al grupo de Cooperación Hábitat y Desarrollo de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Sevilla (2008-2013). Quiero empezar reconociendo a los asesores expertos internacionales que nos han asesorado y acompañado. Francisco Torres, arquitecto responsable de la cooperación de la Consejería de Fomento y Vivienda en Larache, que tiene problemas con los asentamientos informales y conocedores de nuestro trabajo, nos propuso involucrarnos en una acción piloto en Larache de mejora de asentamientos informales. A los arquitectos Youssef y Catherine M’rabet que nos situaron en el programa PVSB y nos señalaron el barrio de Jnane Aztout como idóneo para una experiencia piloto participativa. Ellos nos allanaron el camino institucional. A los arquitectos Carlos Gónzalez Lobo y María Eugenia Hurtado, nuestros maestros mexicanos de la UNAM, que nos acompañaron desde el principio y nos ayudaron a enfocar el proyecto.Al equipo del Instituto de Innovación y Desarrollo de la Vivienda dirigido por Víctor Pelli, en la UNNE, que nos ayudó a diseñar el proceso y desatar los nudos conflictivos del mismo. A todo el equipo de profesores y estudiantes de Sevilla que han participado, en particular, Juan Ojeda y Luis Andrés Zambrana que nos acompañaron en los primeros pasos y nos ayudaron a resolver los momentos más difíciles. A los técnicos que sostuvieron la Oficina Técnica de Barrio día a día, empezando por Alejandro Muchada, Samira Oudihi, Claudia Ugarte y Laura Pérez Prieto y terminando por Elsy Laucho. A quiénes impulsaron el proyecto desde Arquitectura y Compromiso Social, especialmente José María López Medina, Stefania Scamardi y Marina Lagos.Son muchas las imágenes que se pueden abrir en estos momentos y las puertas que abren ahora. Y a Francisco Medina, director de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Sevilla que acogió este proyecto en su segunda etapa (2008-2013), cuando «superado lo imposible quedaba por hacer lo realmente díficil», en palabras de Marina Lagos. No sólo nos apoyó incondicionalmente en la búsqueda de financiación para hacer posible la construcción de las viviendas y terminar la urbanización del barrio, con el programa de autoconstrucción asistida, sino que se sumó al equipo en las reuniones de trabajo, actuando como experto en resolución de conflictos. 

Desgraciadamente los asentamientos informales, precarios, vulnerables, van a seguir siendo el lugar de vida para uno de cada dos habitantes habitantes urbanos de aquí a 2050 y no parece que vayamos a poder evitarlo. La gente desborda la capacidad de estado y mercado de producir ciudad asequible y bien equipada. Y lo que normalmente se ve como problema es, sin embargo, parte de la solución. Eso es lo que hemos querido demostrar con esta experiencia, pequeña por su escala y bella por su proceso social. Uniendo la capacidad de la organización de la gente en torno al objetivo común de permanecer en el barrio, el conocimiento y el espíritu solidario y cooperativo de del grupo universitario y el impulso de los técnicos y los responsables públicos, como Mohamed Sary y Machij El Karkri, hemos demostrado que se puede construir el triángulo de la gestión social del hábitat sobre una base de relaciones de confianza y cooperación. Jnane Aztout tomó el lema de «Nosotros también somos Sevilla», enarbolado en la periferia de nuestra ciudad, y lo transformó en Nosotros también Somos Medina. Lema que implica que se les reconoce a sus habitantes el derecho a la ciudad, a ser parte de la ciudad, como URBS, CIVITAS y POLIS. Sobre esa base, diseñamos una estrategia de transformación evolutiva del barrio, una metamorfosis en la que el barrio ya es otro, pero en el que permanecen las relaciones de vecindad. Una Oficina Técnica de Barrio construida e in situ, sobre la base del proyecto de carrera de Alejandro Muchada, acompañó el proceso en el día a día. Un espacio de cooperación participativa, la Comisión de Seguimiento, resolvió todos los problemas surgidos en el proceso, empezando por regularizar la propiedad del suelo y terminando por asegurar el acceso al agua en condiciones justas. 

Junto con la intervención transformadora de la realidad física, social, económica, ambiental y política, el proyecto ha desarrollado en paralelo actividades de innovación educativa, estudiantes implicados de grado y postgrado de diferentes universidades, y elaborando publicaciones científicas. Ya Somos Medina, que se ha cumplido con los objetivos: La URBS, ya es «tan bonita como la medina», una vez que se ha urbanizado el espacio público y se han las chabolas por casas, proyectadas caso a caso con las familias . Hemos logrado «erradicar las chabolas de la mente», como quería Redouan, que los vecinos se sientan parte de la CIVITAS. Y ello ha sido posible reconstruyendo la POLIS, viendo los vecinos cumplido su derecho a transformar su barrio.

 

 

Acerca de estebandemanueljerez
Profesor e investigador en la acción por el Derecho a la Ciudad. Me emergen ensayos y relatos, de tarde en tarde poemas. Trabajo como profesor en la Universidad de Sevilla y colaboro con el Taller Ecosocial.

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